Desde este pasado 26 de enero y hasta el día 4 de febrero se extendieron los trabajos voluntarios de la JPPD, en la comuna de Curarrehue en la novena región, donde el objetivo era recuperar los espacios públicos para la comodidad de los lugareños, además de limpiar sectores con el afán de evitar la propagación de virus Hanta e informar educando mediante charlas interactivas y por medio radial, acerca de temas de contingencia tales como los derechos laborales, talleres de sexualidad y de liderazgo entre otras.
Fueron 10 días de experiencias intensas con respeto a el cambio que provocó en nuestra cosmovisión acerca de las comunidades mapuches, y de la gente pobre, ya que la pobreza rural no es fruto de la flojera o poca iniciativa de las personas sino mas bien es el resultado de la escasez de fuentes laborales, la educación que se les otorga a los niños es precaria, dándoles como alternativa máxima una escolaridad hasta enseñanza media , porque el hecho de continuar sus estudios superiores es un sueño inexistente para ellos, curarrehue por lo que pude 
apreciar , es una comunidad olvidada, que no es considerado mas que un paso fronterizo entre pucón y argentina…me pregunte muchas veces como es posible tanta desigualdad entre una cuidad que se situaba a no mas de 20 minutos y donde se podía apreciar un mundo total y absolutamente distinto al lugar donde estábamos interviniendo, era impactante ver como los niños se conformaban con tan poco y eran tan inmensamente feliz jugando una “pichanga” contra los voluntarios…
Lo gratificante de esta experiencia parte desde el momento en pisar esas tierras por primera vez y estoy segura que nos acompañara de por vida, y es aquí donde encontré la fuerza y el sentido para seguir en política, y no en esa política que se hace tras un escritorio y que sirve para salir en las fotografías o medio de prensa sino en esa política que interviene para mejorar la calidad de vida de las personas, no de aquella que solo piensa en como hacerlo sino que también actúa para concretarlo y que lucha día a día por la dignidad de cada ser humano, y que es capaz de reconocer en cada persona las virtudes necesarias para rescatar este mundo y convertirlo en una cuna que impulse a las nuevas generaciones para alcanzar los ideales de liberad y felicidad de los que somos y seremos merecedores, ya que el cansancio muchas veces parecía abatirnos pero una sonrisa bastaba para danos fuerza y seguir trabajando de sol a sol, por ahí dije que un vaso de agua era bien recibido pero no era el agua lo que nos saciaba , sino el gesto de descubrir que una mano amiga la otorgaba , y nos la proporcionaba gente que no nos conocía pero que nos veía haciendo cambios (mínimos tal vez ante tanta necesidad) pero con las ganas gigantescas de mejorar todas estas cosas para lograr una igualdad entre etnias, entre personas, entre hermanos.
Y ahora puedo hablar con una convicción plena acerca de una identidad en los miembros de la JPPD, ya que a lo largo de Chile nos unimos personas que militábamos en un partido que acoge nuestros sueños, pero más que eso nos impulsa y nos da las herramientas para alcanzarlos, y siendo que éramos completamente desconocidos nos supimos reconocer en un gesto, en una palabra y en un actuar, y de esta manera dan ganas de hacer política, de crear una nueva manera de hacer las cosas, practicando la doctrina que brota desde nuestros labios con tanto orgullo y que se simplifica a través de un trabajo, duro, esforzado que implica sacrificio, pero que es inmensamente recompensado para el alma.
Se vislumbra un cambio importante en el futuro del PPD, ya que en nuestras manos están las armas para bajar los sueños a la tierra y para conquistar nuestros ideales de libertad y sobretodo de IGUALDAD para todos, como dije y reitero con plena seguridad … después de esto, nuestra vida ya no será la misma…
Vicepresidenta Provincia Llanquihue JPPD
Décima Región
